Expectativas y Realidades de Convertirse en Mamá
Lo que nadie te dice antes. . .
Ex-pec-ta-ti-vas y realidades de convertirse en mamá
Un día te enteras: “Estoy embarazada”, y tu vida da un giro de 360´. Pasas nueve meses pensando en cómo será, a quien se parecerá y toda las ilusiones que te va a traer. Te imaginas miles de cosas de este pequeñísimo ser humano que va creciendo semana con semana un poco más… Y finalmente llega el momento… ¡Es la hora de conocer al bebé!
¿Pero cuales son las cosas que nadie te dice antes de convertirte en mamá?
En mi caso, el primer embarazo fue difícil en el aspecto psicológico pues no era esperado y me toco enfrentarme a los estigmas de la sociedad en la que vivimos. Afortunadamente, el papá (mi esposo) estuvo conmigo indispensablemente y me ayudó un poco a sobrellevar eso. En la parte física, la verdad me sentía casi perfecta. Independientemente de las agruras y un poco de vómito, tuve un embarazo muy sencillo. Lo único que me hubiera gustado que me dijeran antes era lo incómodo que se pone los últimos meses pues ni tu te aguantas. El parto fue natural y la verdad, casi ni lo sentí, me fue espectacular.
Pero todo eso cambió con el segundo, me sentía fatal todos los días, pase los primeros cuatro meses con las peores náuseas y ascos, al grado de no poder entrar a un super pues quería vomitar de ver y oler todo. Hasta la pasta me daba wácala. ¡La pasta! Además, estaba cansada todo el tiempo y en el trabajo siento que parecía un muerto viviente con una grandísima bola en el estómago. Con este, el parto tuvo que ser cesárea pues no cabía el bebé que nació pesando casi 4 kg y midiendo 54 cm.
Ahora bien, las cosas que nadie te dice antes de convertirte en mamá y todas las expectativas que se esperan de ti. En mi caso, nadie me había dicho que la gente nunca había sido tan metiche hasta que tienes un hijo. ¿Y cómo se va a llamar? ¿Pero por qué ese nombre? ¡Ay no! ¿Por qué no mejor le pones este? ¿Y le vas a dar tú de comer? Y si sí, ¿pero no te va a doler muchísimo? ¿Te das cuenta que no vas a poder tomar mil cosas si le das pecho? Y si no, ¿pero no te da miedo que no crezca bien? ¿Qué le pase algo? Y si lo tapas mucho porque es mucho, pero si no porque no lo cuidas, y si lo vistes de azul y no de amarillo… pero si es de amarillo ¿por qué no de blanco?
Todos tus cuidados e instintos maternales, mismos que apenas estás desarrollando pues nadie nace sabiendo ser mamá, van a ser cuestionados, juzgados y puestos a prueba hasta por las personas que menos te lo esperas.
A mí nadie me había dicho del famoso “calostro”, la leche que sale al comienzo de la lactancia, dura como 10 días o menos y es súper importante por sus nutrientes. Me enteré gracias a las apps de What to Expect? y BabyCentre las cuales me informaron de muchas cosas que nadie me había dicho.
Así mismo, nadie me informó de lo doloroso que son los famosos “entuertos”, empezando por ¡¿qué fregados es un entuerto?! (nombre masculino entuertos: Espasmos dolorosos del útero que se presentan en la mujer en los primeros días después del parto… según Google). Tampoco nadie me comentó que a los bebés les dan cólicos y el Espaven se vuelve tu nueva medicina de bolsillo para aliviarlos. Pocas personas te dicen de la importancia de los horarios que hay que hacerles para que aprendan dormir la noche completa rápido, la magnitud del impacto del sueño en un bebé para el desarrollo cerebral y el manejo de la alimentación adecuada para el niño.
Entre todas estas cosas y más, tampoco nadie te dice lo siguiente: LO ESTÁS HACIENDO BIEN. Cada bebé es diferente, todos tienen una capacidad de adaptación mayor que la nuestra y a pesar del carácter heredado, todos los bebés necesitan a su mamá más que a nadie para comenzar. No importa si le diste leche tuya o fórmula, si lo arrullabas con música o tú le cantabas, si lo dormías de lado o boca arriba, etc., lo importante es el amor con el que lo cuidas y la infinita protección que solo una mamá le puede brindar a un hijo.
Y así como todos los que te brindan consejo y en su mente tienen la razón (cierto o falso), yo les voy a dejar dos que a mi me fueron súper valiosos. El primero me lo dio mi pediatra: Pónganle horario al recién nacido, que reconozcan que el día es para estar despiertos y si toman una siesta que lo hagan con luz y ruido (creanme tienen toda la capacidad para dormir con una ambulancia al lado) y que la noche es para dormir (menos ruido, luces bajas o apagadas), pues así aprenden a dormir toda la noche completa más rápido. Poner horario a los bebés implica un pequeño sacrificio al principio, pero sí el bebé duerme más, tú duermes más y vas a estar más descansada, ergo feliz.
El segundo, que el bebé te sienta feliz de tenerlo, que te sienta tranquila y calmada. OBVIO nos preocupamos si se enferman o se pegan, pero están hechos para sobrevivir y son como esponjas que absorben todos los sentimientos del entorno, principalmente de las mamás. Mamá relajada = Bebé relajado.
Y a ustedes… ¿qué expectativas les han impuesto en su experiencia de ser mamá?
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